
Como comunidad de Religiosas de la Asunción presentes en la colonia Isidro Fabela, alcaldía de Tlalpan, CDMX. Vivimos los días 6,7 y 8 de noviembre de 2020 nuestra visita del Consejo General, para nuestra comunidad ha sido un paso de Dios, en donde pudimos reconocer la presencia en nuestras hermanas que nos visitaron: Sandra Durán e Isabelle Roux, las sentimos muy cercanas a nosotras y a la realidad que vivimos, con su escucha, sencillez y alegría que a cada una las caracteriza.
Fue una gran experiencia vivir los encuentros que tuvimos de manera virtual, a través de la plataforma zoom, por lo vivido reconocemos cómo la pasión que nos mueve a ser participes de la extensión del Reino de Jesucristo nos hace ser creativas. Por lo que esta nueva modalidad, no nos impidió lograr el objetivo.

Un encuentro fraterno en donde como comunidad de Religiosas de la Asunción compartimos nuestras experiencias vividas, partiendo de nuestro carisma “la transformación de la sociedad por el Evangelio”. Fue un compartir en donde experimentamos la presencia del Espíritu y nos sentimos escuchadas por nuestras hermanas.
Fue una visita enriquecedora, en donde también acogimos con agradecimiento y alegría las invitaciones que nos hicieron: seguir cultivando los signos de esperanza que hemos vivido hasta hora, estando presentes en nuestra comunidad, con las familias de la colonia y la comunidad educativa María Eugenia Milleret. Así como también las llamadas sobre los puntos a cuidar en nuestro ser Religiosa de la Asunción.
Nos sentimos renovadas al vivir esta visita de nuestras hermanas y con esperanza para seguir entregándonos y ser fieles a la vocación que Dios nos ha dado.

Finalizamos nuestra visita realizando una bella oración con el evangelio de Juan 6,1-11:
“Después de esto, Jesús fue al otro lado del mar de Galilea, el de Tiberíades.Y le seguía gran multitud, porque veían las señales que hacía en los enfermos. Entonces subió Jesús a un monte, y se sentó allí con sus discípulos.Y estaba cerca la pascua, la fiesta de los judíos.Cuando alzó Jesús los ojos, y vio que había venido a él gran multitud, dijo a Felipe: ¿De dónde compraremos pan para que coman éstos? Pero esto decía para probarle; porque él sabía lo que había de hacer. Felipe le respondió: Doscientos denarios de pan no bastarían para que cada uno de ellos tomase un poco. Uno de sus discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas ¿qué es esto para tantos? Entonces Jesús dijo: Haced recostar la gente. Y había mucha hierba en aquel lugar; y se recostaron como en número de cinco mil varones.
Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían”.
Juan 6,1-11
Este texto Bíblico nos recuerda nuestra entrega y permitimos que toque nuestra vida para escuchar de manera personal y como comunidad las llamadas que en esta nueva etapa estamos dispuestas a vivir.