
En el dinamismo pascual de las primeras comunidades cristianas
Cómo aprovechar este tiempo…(5)
Al escribir estas líneas en este tiempo pascual pienso en la Iglesia primitiva, ese grupo de discípulos y discípulas de Jesús de las primeras décadas. Cuando leemos los Evangelios de la resurrección y las primeras confesiones apostólicas reconociéndolo como Hijo de Dios, Mesías, Enviado, Señor, etc., del libro de los Hechos de los Apóstoles, olvidamos quizá la situación histórica de los primeros cristianos: estaban escondidos y temerosos. No solo habían vivido el trauma del martirio de su Amigo, sino que las autoridades judías y romanas los buscaban para disolver esa “secta” naciente, como solían considerarla.
Algunos buenos libros y películas nos describen la vida de estas primeras comunidades: a pesar de vivir confinados, oraban juntos y partían el pan en memoria de Jesús, convencidos de que Él estaba allí presente, en medio de ellos. Compartían todo y velaban porque a nadie le faltara lo necesario para vivir. Su alegría en la adversidad era un testimonio para la gente, de manera que –al verlos- muchos se convertían a la fe. La persecución fue una experiencia difícil, pero favoreció la propagación de la Buena Noticia; gracias a los viajes de Pedro, Pablo y otros discípulos, fundaron comunidades que visitaban aún en medio de peligros, amenazas, falsas acusaciones y el martirio, llevando noticias de unas a otras que estimulaban la fe y la esperanza de todos los creyentes… el Evangelio pronto alcanzó toda la costa mediterránea, el norte de África y se consolidó en el corazón del imperio, en Roma.
Ya no estamos en esos tiempos, y antes de llegar al hoy, la Iglesia ha pasado por hitos históricos de gloria, donde ser cristiano ha sido un privilegio o, al menos, una buena costumbre. Quizás los tiempos actuales, en los que no podemos asistir a las celebraciones, orar en las iglesias, etc. nos ofrecen la oportunidad de volver a estos orígenes de nuestra fe. Como los primeros cristianos, la mayoría de nosotros estamos confinados en nuestras casas, otros están arriesgando la vida para cuidar a los enfermos o las personas solas, para proporcionar los servicios básicos a la sociedad, o el pan a su familia. Lo cierto es que todos estamos buscando sentido desde la fe a estos acontecimientos que cayeron repentinamente sobre nosotros, alimentando la esperanza en la intimidad de nuestras pequeñas comunidades domésticas, y comunicándonos la convicción de que el Señor está vivo y acompaña este momento difícil de la humanidad abriendo nuevos caminos, como lo hiciera en aquellos primeros tiempos, allí donde solo se veía un callejón sin salida.
En red internacional, las comunidades Asunción repartidas en el mundo compartimos también nuestras experiencias en medio de esta crisis mundial. Cada una desde su contexto, reflexiona y trabaja para dar sentido a lo que vive. Recojo algunos párrafos, les invito a leer los artículos en la página www.assumpta.org. Que la fe, que se traduce en valentía y creatividad, nos estimule y que esta comunicación de buenas noticias reavive nuestros esfuerzos cotidianos:
En Francia nuestras comunidades viven el encierro en la diversidad de situaciones geográficas de la Provincia… todas con la preocupación de mantener las relaciones fraternas de manera diferente, ad intra y ad extra: la creatividad está en el centro, para tejer redes de amistad y de apoyo en nuestros lugares de vida y con los vecinos, familiares, etc. … también acompañan a quienes pueden
dedicar un tiempo para conocer los retos de la transición ecológica, en una perspectiva reflexiva e interior, atenta a las emociones que provoca esta crisis sanitaria, con vistas a compromisos varios.
En Filipinas y los países de Asia-Pacífico constatan que … una nueva perspectiva está emergiendo lentamente, que el mundo de repente pasa por sus meses de «Noviciado» – un tiempo y espacio apto para permitir a todos RECONOCERSE, RECONECTARSE, para CONECTARSE de nuevo a la misma FUENTE de nuestra existencia. … Uno notaría un aire fresco que ha estado soplando desde que comenzó esta pandemia: si tan solo fuéramos lo suficientemente conscientes para estar quietos y saber que Él está haciendo nuevas todas las cosas….
En Ruanda y Chad …el confinamiento ha sumido a mucha gente en una gran pobreza. A petición de la autoridad local, de Cáritas, y por iniciativa del pueblo, se intensifican los gestos de solidaridad para acudir en ayuda de los necesitados. Estamos haciendo algunos sacrificios para responder a este urgente llamamiento. La población, aunque angustiada y confusa, se compromete generosamente con estos actos de solidaridad y muchos se sumergen con fe en una confiada oración para que Dios nos libre de la pandemia del coronavirus.
En la India, …dado que la crisis actual es mundial, no podemos esperar ayuda de otros países. Así que estamos haciendo uso de nuestros escasos recursos para mitigar el sufrimiento de los pobres y los marginados. … En estos días, el coronavirus perturba nuestra paz y energía. Nos obliga a dejar nuestras zonas de confort y a empezar a pensar y actuar de forma diferente. Hay un sentimiento nuevo de solidaridad y conectividad desarrollado con Dios y con la gente. … Cada uno según su capacidad, talentos y tiempo está tratando de facilitarles la vida a estas personas. Reconocemos en estos momentos la manifestación de «corazones de oro» de nuestra gente. … El difícil período de ataque del coronavirus ha producido ángeles para servir a la humanidad.
En España …cada día se rompe la monotonía de un silencio de calles desiertas, de este aislamiento en el que nos encontramos, al abrir nuestras ventanas a las 20 h, uniéndonos a todos, con un sonoro aplauso, reconociendo y aplaudiendo la entrega de tantos sanitarios, policías, protección civil, bomberos, transportistas…que viven para ayudar y sostener…y aprendemos que nuestro Dios están en esta historia, acompañando, acariciando…y sosteniendo nuestras esperanzas.
Les invitamos a leer y compartir otras noticias de nuestra red internacional, que nos ayuden a ampliar nuestra mirada y nuestra comunión. Hoy como ayer, la experiencia de Jesús resucitado presente en medio de la noche nos impulsa, nos anima y nos abre caminos nuevos.
¡Unidos durante esta cincuentena pascual!
Ana Sentíes, r.a.